Ron Woodroof (Matthew McConaughey) es un vaquero machista, mujeriego pedante, alcohólico, rudo, malencarado y homofóbico, que un día es diagnóstico con Sida, una enfermedad que, para mediados de la década de los 80, era vista como exclusiva de la comunidad LGBTI.
Con su orgullo hecho pedazos y su salud en decadencia, decide someterse a una droga experimental llamada AZT, pero pronto se percata que no le está cayendo bien, que está muriendo más rápido de lo que esperaba. Desahuciado, sin esperanzas, busca ayuda en México y encuentra medicamentos alternativos que le permiten sentirse mejor. Entonces ve la posibilidad de montar un negocio lucrativo, suministrando medicamentos a otros enfermos que, como él, han perdido todas las esperanzas de enfrentarse a la muerte.
Pronto, se recupera y se convierte en un astuto traficante de drogas, aunque antes, por las ironías de la vida, debe recurrir a Rayon (Jared Leto), un travesti que también sufre la enfermedad, y que se convierte en su socio estratégico. Junto a él, Woodroof evoluciona, pasa a transitar por los caminos del antihéroe, ya que su ambición lo lleva a izar las banderas del activismo.
El Club de los Desahuciados o Dallas Buyers Club es una cinta dirigida por Jean-Marc Vallée, que está basada en la vida real de Woodroof. Cuenta con un guión excelente, sencillo y muy bien adaptado, y una dirección impecable que la encumbran como un drama fascinante y entretenido, aunque crudo y duro.
La película, de 117 minutos de duración, además, es una seria crítica al sistema de salud estadounidense, al mostrar cómo el gobierno (de ese país) protegió los intereses de la gran industria farmacéutica por encima de los derechos de los ciudadanos enfermos.
Sin embargo, su punto más alto está en las actuaciones. Jared Leto, que ganó Óscar (mejor actor de reparto) por su gran interpretación de Rayon, nunca se siente impostado ni falso, por el contrario es muy femenina y entrañable, la cara opuesta del personaje principal.
Pero, por encima de todo el elenco, está Matthew McConaughey, que para muchos era solo un galán de comedia romántica y que aquí demostró que es un actor de respeto. En su interpretación de Ron Woodroof, para evidenciar la decadencia del personaje perdió cerca de 20 kilogramos de peso, dándole realismo al escuálido protagonista, al que lleva magistralmente por una senda de grises, donde se ve despreciable y encantador.
El Club de los desahuciados, del año 2013, es de esas cintas que, aunque pasaron desapercibidas en su momento, hoy siguen vigentes y en proceso de consolidarse como nuevos clásicos del séptimo arte.
Con su orgullo hecho pedazos y su salud en decadencia, decide someterse a una droga experimental llamada AZT, pero pronto se percata que no le está cayendo bien, que está muriendo más rápido de lo que esperaba. Desahuciado, sin esperanzas, busca ayuda en México y encuentra medicamentos alternativos que le permiten sentirse mejor. Entonces ve la posibilidad de montar un negocio lucrativo, suministrando medicamentos a otros enfermos que, como él, han perdido todas las esperanzas de enfrentarse a la muerte.
Pronto, se recupera y se convierte en un astuto traficante de drogas, aunque antes, por las ironías de la vida, debe recurrir a Rayon (Jared Leto), un travesti que también sufre la enfermedad, y que se convierte en su socio estratégico. Junto a él, Woodroof evoluciona, pasa a transitar por los caminos del antihéroe, ya que su ambición lo lleva a izar las banderas del activismo.
El Club de los Desahuciados o Dallas Buyers Club es una cinta dirigida por Jean-Marc Vallée, que está basada en la vida real de Woodroof. Cuenta con un guión excelente, sencillo y muy bien adaptado, y una dirección impecable que la encumbran como un drama fascinante y entretenido, aunque crudo y duro.
La película, de 117 minutos de duración, además, es una seria crítica al sistema de salud estadounidense, al mostrar cómo el gobierno (de ese país) protegió los intereses de la gran industria farmacéutica por encima de los derechos de los ciudadanos enfermos.
Sin embargo, su punto más alto está en las actuaciones. Jared Leto, que ganó Óscar (mejor actor de reparto) por su gran interpretación de Rayon, nunca se siente impostado ni falso, por el contrario es muy femenina y entrañable, la cara opuesta del personaje principal.
Pero, por encima de todo el elenco, está Matthew McConaughey, que para muchos era solo un galán de comedia romántica y que aquí demostró que es un actor de respeto. En su interpretación de Ron Woodroof, para evidenciar la decadencia del personaje perdió cerca de 20 kilogramos de peso, dándole realismo al escuálido protagonista, al que lleva magistralmente por una senda de grises, donde se ve despreciable y encantador.
El Club de los desahuciados, del año 2013, es de esas cintas que, aunque pasaron desapercibidas en su momento, hoy siguen vigentes y en proceso de consolidarse como nuevos clásicos del séptimo arte.
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