Al mirarlo desde lejos, Philip Seymour Hoffman
parecía el hombre perfecto para hacer comedia en Hollywood, esos tipos para los
que la industria cinematográfica escribe papeles del mejor amigo del
protagonista, que siempre fracasa en sus intentos románticos, y que termina
siendo el más querido y recordado del filme.
No obstante, el drama estuvo inmerso en la mayoría
de sus interpretaciones, en las que mostró su versatilidad para cambiar de
rostro, actitud, voz y motivación; ostentando una filmografía mucho más larga e
interesante, que el corto historial que la mayoría conocemos.
Por eso, decidí sentarme frente a un Philip Seymour
Hoffman desconocido: frente a Wilson Joel, Caden Cotard y Scotty J., tres
hombres que demostraron la capacidad artística de un actor que vivió, con
calidad, más de 50 vidas en pantalla.
Con
amor, Liza (2002)
Director:
Todd Louiso
“La
esposa de Wilson Joel comete suicidio sin un motivo aparente. Una noche, Wilson
descubre una carta sellada, que al parecer es la nota de despedida de su
pareja. El estrés le impide abrirla, por lo que desarrolla la adicción de
inhalar gasolina, cuya presencia justifica con un hobby que en realidad no
posee, los aviones a control remoto”.
Hoffman se atrevió a protagonizar una cinta, que a
pesar de tener varias escenas cómicas, desvela la vulnerabilidad de un hombre
que no entiende el porqué de su destino, y que prefiere estar perdido entre la
extravagancia de la gasolina y las preguntas del cielo.
Con sus gestos demuestra la inestabilidad y temores
de su personaje, aunque también logra inyectarle gracia a algunas escenas, en
las que parece un tipo entusiasta, que esconde su tristeza mientras está
acompañado.
Un plus de esta cinta es la participación de la gran
Kathy Bates, quien contrasta con el protagonista, evidenciando los extremos de
un duelo inesperado.
Synecdoche,
New York (2008)
Director:
Charlie Kaufman
“Caden
Cotard, un director de teatro exitoso, vive una crisis emocional muy dura,
debido a la partida de su mujer y su hija hacia a otro país, y con cada paso
atrae una nueva tragedia. Al ganar una beca, decide emplearla para realizar el
montaje teatral de su vida, con actores que interpretan a las personas que
conoce y a sí mismo, provocando una espiral de nuevas situaciones y personas
que parece no tener fin”.
Una película bastante compleja, con la que su
protagonista demostró sus intereses a la hora de hacer cine, asumiendo papeles e
historias poco tradicionales, que plasman la complejidad que él mismo venía
cargando en su diario vivir.
Este es un guión audaz, al igual que su
interpretación, pues en una primera parte demuestra la tristeza y soledad de su
matrimonio, que es completado con la brillante intervención de su compañera en
Capote, Catherine Keener; también la enfermedad física recurrente, el deseo
sexual reprimido, la ansiedad de éxito, el desconsuelo y el afán por recuperar
el tiempo perdido.
Durante todo el filme, el personaje principal trata
de imprimir la naturaleza triste de su existencia en su obra, lo que aleja
gradualmente un estreno o un final para su pena.
También, el instinto romántico del hombre que vive
inmerso en el fracaso íntimo, y que durante las últimas escenas manifiesta la
esperanza amorosa que sobrevive en su pensamiento, aunque este no se revela en
las partes en que interactúa con quienes son su pareja a lo largo de la
historia.
En cuanto a esto, Hoffman demostró el descontento de
Caden, la impotencia de cada nuevo paso en su vida y la soledad de no saber
controlar al mundo que tiene alrededor.
Boogie
nights (1997)
Director:
Paul Thomas Anderson
“Un
exitoso director de cine porno de los años 70 descubre una nueva estrella, un
joven que con su presencia e ideas se convierte en un éxito para la taquilla,
su productora y la industria. La película habla de la trivialidad de las
vivencias de cada uno de los personajes que el protagonista conoce a lo largo
del filme, para después mostrar las amargas batallas que deben lidiar por culpa
de los excesos”.
Scotty J. es el personaje que interpretó Philip
Seymour Hoffman en esta película cautivadora, apareciendo por primera vez en el
minuto 40, y teniendo intervenciones pequeñas hasta los más de 150 minutos que
tiene en total.
A pesar de sus pocos diálogos, desde el silencio
supo mostrar la esencia Scotty, un joven que con sus ademanes y forma de hablar
exterioriza su homosexualidad y timidez, así como la atracción que siente hacia
el personaje principal, interpretado por Mark Wahlberg.
Desde ese momento, Hoffman demostró la capacidad que
tenía para cambiar el tono de su voz y para meterse en la piel de tipos
extravagantes, que no necesitan decir mucho para hacerse notar en escena.
Igualmente, tuvo la oportunidad de presentar las
variantes de la personalidad del muchacho confundido: su confianza, audacia y
angustia, gracias al desarrollo de su historia a lo largo de la cinta.
Este es uno de sus personajes más recordados del
comienzo de su carrera, pues muchos críticos aclamaron la cinta y su
participación, considerándola como el momento en que fue reconocido a un actor
prometedor.
Cabe anotar, el maravilloso elenco de esta
propuesta, que rompió paradigmas y enfrentó al mundo con los detalles de la
realización de la pornografía, entre ellos Julianne Moore, Burt Reynolds, John
C. Rielly, Heather Graham, entre otros.
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