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Mostrando las entradas de febrero, 2016

En Primera Plana

Spotlight es una película que cuenta la investigación periodística de uno de los casos más sonados de pederastia dentro de la Iglesia Católica estadounidense. Es una narración lineal, con una estructura clásica del género investigativa, que al estar basada en hechos reales lleva a que el espectador no se despegue de la silla. Una cinta muy entretenida pero  dura, que muestra una de las facetas más cínicas de la especie humana, cuando el poder, en este caso el religioso, trata de encubrir la verdad para no poner en riesgo su reputación. Mark Ruffalo, Michael Keaton y Rachel McAdams interpretan a periodistas ejemplares, que logran superar las adversidades, demostrando la valentía para entrevistar a las víctimas de los abusos y hacer que la trama tome gran fuerza. Esta película políticamente incorrecta es un buen relato, no para pasar a la historia, pero que deja grandes reflexiones sobre lo que es el oficio del periodista, el cual hoy por hoy se limita a la superfici

La habitación

Si conociéramos un mundo limitado, un espacio casi exclusivo para dos personas, donde el sol no es más que una pequeña claraboya; la naturaleza, una ilusión, y la presencia de otras personas, un simple truco de televisivo, no percibiríamos límites, pues nuestra visión desconocería la posibilidad de un más allá. Y si un día nos informaran que es hora de salir, abriríamos los ojos y todo sería nuevo: la luz mucho más radiante, los artefactos que se creían imposibles se harían realidad, y la soledad se apartaría, porque podríamos encontrarnos con nuevos seres.  Ese mundo por descubrir es la historia encerrada en Room, la película canadiense–irlandesa, dirigida por Lenny Abrahamson.  Brie Larson interpreta a Joey, la madre que se empeña en eliminar cualquier evidencia macabra de la situación que vive, y darle a su hijo una vida normal, sin importar las cuatro paredes que los resguardan. En su actuación se puede ver cómo su fortaleza, necesaria para proteger al niño, dism

El renacido

No hay un frío superior al que resguarda un hombre que lo ha perdido todo. Temperaturas bajo cero que arrancan de raíz cualquier sentimiento de reconciliación y que inundan de venganza el pensamiento, desatando el deseo más puro de supervivencia para cumplir un objetivo.  El mismo frío es el que enfrentan los espectadores de El Renacido, la más reciente película de Alejandro G. Iñárritu, que, en un poco más de dos horas, congela cualquier intención de mirar hacia otro lado, revelando el salvajismo del hombre, y el poder de la fotografía en el cine, que logra trasladarnos al más crudo de los inviernos, con la única opción de matar para sobrevivir. Y es que las imágenes que componen esta película son tan bien logradas, que la lentitud de los hechos pasa a un segundo plano; el público queda inmerso en el paisaje y en la situación compleja que vive el personaje principal, hecho que lo deja expectante hasta que aparecen los créditos.  La luz natural, única utilizada, genera

Misión rescate

¿Es posible cultivar papas en Marte? ¿Conseguir agua? ¿Llamar a La Tierra? o ¿Es posible que un funcionario de rango medio de la Nasa se encare con el mismísimo director para proponer una misión milagrosa, que ninguno de sus superiores había contemplado?  Esas son las preguntas que quedan gravitando en el 'espacio' tras ver The Martian, la más reciente cinta de Sir. Redley Sccott, un largometraje que entretiene pero que no convence. La trama es sencilla: el mejor botánico del mundo es abandonado, por equivocación, en el planeta rojo y debe hacer gala de sus conocimientos para sobrevivir con un mínimo de recursos durante varios meses.  Pero es tal el grado inverosimilitud, que el director recurre a un elemento casi didáctico en el que, el protagonista, encarnado por Matt Damon, debe explicarle cada detalle a una cámara, que cumple las funciones de bitácora. Pero quizás el gran desacierto y por el cual es sorprendente que la cinta haya sido aclamada, es que el

Mad Max

Que nadie se equivoque, Mad Max: Furia en la carretera es, ante todo, una película de acción, una road movie repleta de velocidad, violencia y destrucción.  Pero ella en sí misma rompe el paradigma del género, demostrando que la acción no siempre debe ser sinónimo de superficialidad, sino que puede contener personajes memorables, fotografía preciosa, una atmósfera desesperanzadora y un ritmo electrizante, que la convierten en una gran obra de arte. Su director, George Miller hace que cada movimiento de la cámara llene de adrenalina la sangre del espectador, haciéndolo parte de un futuro distópico donde Max, Tom Hardy,  huye a través del desierto, acompañado por un grupo de mujeres, liderado por Furiosa, una asesina brutal encarnada por una magnifica Charlize Theron. Para resaltar el manejo de la música, que hace de la película un espectáculo de violencia y cacería, que eleva los niveles de emoción con cada secuencia. Mad Max: Furia en la carretera es el ejemplo

Brooklyn

Ellis es una joven irlandesa que se halla en la intersección de dos caminos, en la década del 50, en Enniscorthy, su pueblo natal. El primero le marca una ruta de su futuro, en el que se queda en casa, con su madre y su hermana, y trabaja ocasionalmente en una tienda de abarrotes local.  El otro camino se dibuja largo y desconocido, solo sabe que esa vía la conduce a Brooklyn, Nueva York, ciudad en la que nunca ha estado y que la aleja completamente de su cotidianidad y estilo de vida. Esta situación es el eje central de Brooklyn, la cinta dirigida por John Crowley, que presenta la perspectiva de los inmigrantes europeos en Norteamérica, que en la mitad del siglo XX salían de sus países, sin tener la certeza de que cruzarían el océano, alguna vez, para volver a casa. Saorise Ronan es la actriz que con su mirada revela el desconsuelo de quien aún no se acostumbra a estar lejos, para poco a poco transformarse en una mujer independiente, que se deja tentar por el amor y

El puente de los espías

El puente de los espías es una película que retrata un momento crucial de la participación de Estados Unidos en la Guerra Fría, destacando ese elemento patriota que muchas de sus cintas históricas suelen emplear.  Cumple con el requisito de dejar al estadounidense promedio sintiéndose bien y orgulloso del papel de su nación en la historia mundial, a pesar de que durante sus dos horas y veinte minutos no tenga un pico de emoción destacable. Steven Spielberg está detrás de esta producción que no escatima detalles para transportar a sus espectadores a los años 50 en Estados Unidos y en la Alemania soviética, y narrar la negociación de intercambio de espías entre ambas naciones. Al principio, la historia arranca con un ritmo trepidante y enfocado en Rudolf Abel, un espía soviético que trabaja en Nueva York. Este personaje, interpretado por Mark Rylance, se roba el show dentro de toda la trama, gracias a los gestos y posturas con los que da vida a este hombre despreocupado,

La gran apuesta: El oportuno sueño americano

En los Estados Unidos, la economía más sólida del planeta, los profesionales de Wall Street trabajan ‘honestamente’ para que el pueblo pueda alcanzar el modo de vida americano. Motivados por un espíritu ‘filantrópico’ han diseñado un negocio donde todos ganan. Es así de ‘sencillo’: otorgan créditos hipotecarios a aquellos que, sin importar su capacidad de pago, desean hacer realidad el sueño de tener casa propia. Luego, desinteresadamente, les compran el concepto a las firmas calificadoras del riesgo, para que clasifiquen los créditos como triple A (inversión segura). Posteriormente agrupan a varios de estos préstamos en un bono, el cual es negociado en la Bolsa, partiendo de la premisa que nadie va a dejar de pagar la hipoteca de su casa. Gracias a las excelentes comisiones, muchos corredores se han hecho millonarios y cada vez más gente está disfrutando de su nueva casa. ¿Qué hay de malo en eso? Sin embargo, en el mismísimo corazón Wall Street hay algunos desadaptados que han d