Ir al contenido principal

3 anuncios por un crimen


Mildred Hayes, una mujer de más de 50 años, está enojada con la Policía del pequeño pueblo de Ebbing (Missouri), porque después de 10 meses del brutal asesinato de su hija, aún no ha detenido a ningún sospechoso, y las investigaciones no han dado resultado. Está enojada con su exesposo porque la abandonó para meterse con una jovencita hueca. Está enojada con el pueblo entero que no entiende el remordimiento que debe cargar tras haberle deseado un destino fatal a su hija, pero, sobre todo, está enojada consigo misma, porque muy en el fondo sabe que más allá de que se encuentre al culpable, la justicia será solo una ilusión, tendrá que aprender a convivir con el dolor como algo inherente al existir, al fin y al cabo, la vida continúa.

Tres anuncios por un crimen es una tragicomedia escrita y dirigida por Martin McDonagh, que inicia cuando Mildred Hayes (Frances McDormand) decide pronunciarse frente a la supuesta ineptitud policial, instalando tres vallas publicitarias en un paraje olvidado de la carretera más desolada, que, no obstante, terminan impactando la aparente vida apacible de los lugareños.

Por un lado, el apreciado jefe de la Policía, Willoughby (Woody Harrelson), quien afronta su propia tragedia personal, tiene que lidiar con la rabia de sus colaboradores, que se ven ofendidos con los carteles. Además debe aceptar que no hay posibilidad alguna de encontrar al asesino. Según sus palabras, “la mitad de los hombres del país, podrían estar relacionados”.

El más ofendido es el agente Dixon, encarnado por Sam Rockwell, sobre el cual pesan acusaciones de racismo y brutalidad policial. Un sujeto que parece ser capaz de cualquier cosa con tal de tumbar los carteles, pero Mildred se opondrá cueste lo que cueste.

La cinta se soporta en la construcción de estos tres personajes, que son profundos, tridimensionales, reales. No son buenos ni malos, simplemente son seres humanos con matices: que dudan, se equivocan, y, a veces, aciertan. Pero esto no sería posible si los tres intérpretes no dieran la talla, especialmente McDormand y Rockwell, ambos brindan una actuación sublime que los encarrilará camino al Oscar.

Quizás, Tres Anuncios por un crimen no tenga la fantástica dirección de La forma del agua, ni el impecable diseño de producción de Dunkerque, pero tiene lo más importante en el desarrollo de una película un guion sólido, que no pretende dejar una moraleja, sino reflejar un momento, decir que la vida suele ser cruel, injusta, paradójica.

Tres anuncios por un crimen es una cinta incómoda, porque critica a la vida estadounidense desde la discriminación que mantiene en el subtexto, hasta la violencia y el abuso que están presentes todo el tiempo. De pronto esta sea su única debilidad para la ceremonia, que se llevará a cabo esta noche, porque, a pesar del resarcimiento de los personajes, en ella persiste la inconformidad y la rabia.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los 7 magníficos

En 1954 el director japonés Akira Kurosawa filmó Los 7 samuráis, una de las grandes obras de la cinematografía universal. Esta historia, ambientada en el Japón del siglo XVI, mostraba como un grupo de campesinos, cansados de ser asaltados por una horda de bandidos, deciden buscar a samuráis que luchen por ellos a cambio de comida. Con una excelente interpretación del icónico Toshirō Mifune y el perfeccionismo tras la cámara del maestro Kurosawa, rápidamente la obra trascendió las fronteras del ‘país del sol naciente’, y cautivó a millones en el mundo. Años más tarde, por esa manía ‘ancestral’ de Hollywood de adaptar a la cultura estadounidense las películas filmadas en otras latitudes, la compañía Metro-Goldwyn Mayer compró los derechos de Los 7 Samuráis y le entregó al guionista William S. Roberts y al director John Sturges la responsabilidad de realizar una nueva versión. Seis años después de la original, en 1960, fue presentada al mundo Los 7 Magníficos. Esta vez, ...

Mi primera vez con Sex Education

Por Camila Caicedo. Todo el mundo hablaba de Sex Education, en redes sociales. Se acababa de estrenar su segunda temporada, y yo, que no soy muy de ver series y maratonear, aún no me había sentido atraída por ella, a pesar de que llevara un año entre las sugerencias que me daba la plataforma. Sin embargo, muchos comentarios acerca de una escena relacionada con unión femenina me hicieron decidirme a verla. Esta es una producción inglesa, que hoy tiene dos temporadas, de ocho capítulos cada una, que duran aproximadamente 50 minutos. Su argumento se basa en la historia de Otis, un joven de 16 años, que cursa la secundaria y es hijo de una sexóloga. Un día, se atreve a dar un consejo sexual a un compañero, a pesar de su nula experiencia y, al salir todo bien, inicia una ‘clínica’ de asesoría sexual, con Maeve, una de sus compañeras, para ganar dinero. Con una premisa como esta y un lenguaje totalmente abierto, fue casi inevitable no seguir la historia y querer saber qué pasa...

El abogado del mal

Richard Ramsey es un abogado que siempre pierde. En su historial de juicios no se encuentra ninguno exitoso, y él mismo lo reconoce. Su nuevo cliente es el hijo adolescente de una pareja amiga, principal sospechoso del asesinato a sangre fría de su padre, y que desde el inicio del proceso no ha querido decir nada. Con muchos factores en su contra: huellas dactilares en el cuchillo y una confesión en el lugar de los hechos, Ramsey tiene el deber de conseguir la pena mínima para el joven, a costa del historial maltratador del padre y de cualquier vacío que detecte en el argumento rival. Keanu Reeves y Renée Zellweger protagonizan The Whole Truth o, su mal logrado título en español, El Abogado del Mal, que desde el primer momento será asociada con El Abogado del Diablo, de 1997, para desvelar poco a poco una historia mucho más monótona. La corte es el escenario casi permanente del filme, en el que se recrean los elementos de un juicio: el discurso de cada uno de los legistas ...