Por: @kalosw
En un mundo donde la magia fue reemplazada por la tecnología; faunos, centauros, sátiros y toda clase de seres místicos viven en la abulia. A las hadas se les olvidó volar, los dragones actúan como animales domésticos y algunas bestias maravillosas, como la Mantícora, se han rendido al sistema capitalista.
Sin embargo, dos elfos adolescentes, Ian y Barley, se enteran que en el pasado, su padre fue un mago, que antes de morir diseñó un plan para que lo regresaran a la vida por un día y así poderlos contemplar una última vez. Animados por conocer al ser que es parte de sus recuerdos más efímeros lanzan el hechizo, pero algo sale mal y tan solo consiguen revivirlo de la cintura para abajo.
A partir de ese momento, el tímido Ian, uno de esos muchachos que se sonroja cuando le hablan a alguna chica, y su hermano mayor, el extrovertido Barley, uno de esos jóvenes impertinentes capaz de provocar una pelea sin darse cuenta, se ven inmersos en una aventura fantástica en la que deberán sortear innumerables desafíos, pero sobre todo, deberán conocerse a sí mismos.
Pixar, el estudio de animación más exitoso de la historia, deja a un lado las secuelas de sus grandes películas, para volver al camino que lo hizo grande: una trama sencilla para cautivar al público infantil, profundas enseñanzas para conmover a los adultos, sumadas a personajes adorables, confundidos con su papel en la vida, que en medio de la adversidad, yerran, corrigen y aprenden.
Pero si todo ese cóctel de creatividad fuera poco, la cinta está en el pináculo de la animación, hasta el más insignificante de los detalles es admirable: el metal de los autos, el fuego, el agua y el pelo fueron recreados con la meticulosidad de un artesano.
Ni qué decir de los planos secuencias, especialmente el que abre la película, un viaje de color que narrativamente resume lo que el espectador se va a encontrar en los 102 minutos que dura el metraje.
Es una lástima que Unidos no haya contado con una campaña de expectativa más ambiciosa, ya que muchos desconocían de su existencia, lo cual se ha visto reflejado negativamente en las salas de cines, pero quienes han tenido la oportunidad de verla han redescubierto un poco de la magia de la vida.
Recomendación postcrédito: Por favor véala en 3D y en la pantalla más grande que pueda, no se va a arrepentir.
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