Por Camila Caicedo
La vida adulta femenina. Una mujer en el inicio de sus 30 se enfrenta con la inestabilidad emocional: su novio acaba de dejarla, el café que abrió con una amiga no progresa, y ella, su socia, ha muerto recientemente, después de ser arrollada por varios vehículos, mientras enfrentaba una depresión.
Nada de esto resulta fácil de lidiar, sumado a su deseo sexual constante, a la difícil relación que tiene con su familia y a las muchas preguntas que le surgen sobre su futuro. Por suerte, tiene con quien compartir esas dudas, el público que la mira a través de una pantalla, y que ella ha decidido convertir en el cómplice de su aventura.
Fleabag, la serie coproducida por la BBC y Amazon Studios, y que se encuentra disponible en Prime Video, entabla una especie de amistad entre su protagonista y los espectadores, al romper la cuarta pared y permitirle al personaje hacer comentarios privados a aquellos que ríen y lloran al verla vivir su vida en Londres.
Phoebe Weller-Bridge, la actriz, creadora y guionista de esta historia estrenada en 2016, va construyendo una relación de confianza y empatía con la audiencia, gracias a que todas las situaciones son narradas desde su perspectiva, con una esencia cómica muy entretenida, sin censura y yendo en contra de lo políticamente correcto.
A pesar de que en ciertos momentos el público puede llegar a cuestionar las decisiones de su heroína, los personajes secundarios, en especial aquellos que la miran con reparo, están tan bien construidos para desagradar e incomodar a la joven, que es imposible no sentirse más unido a ella, a medida que avanza la trama, llegando al punto de disfrutar y apoyar su irreverencia.
Uno de los roles más ‘odiosos’ es el de la madrastra, una artista que emana crueldad y egoísmo, a pesar de siempre disfrazar sus comentarios con una hipócrita sonrisa. Ella es interpretada de manera deslumbrante por la ganadora del Oscar Olivia Colman.
El resto del elenco es igual de virtuoso para dar vida a esos roles, como por ejemplo Brett Gelman en el papel de Martin, el cuñado, y Sian Clifford en el de Claire, la hermana, que es otra de sus tantas críticas, pero también lo más cercano que tiene a una amiga.
Y es que Fleabag se diferencia de la mayoría de series protagonizadas por mujeres, debido a que su protagonista no tiene un círculo de amigos para enfrentar sus problemas, lo que reafirma ese rol importante que tienen quienes la ven, en todo el desarrollo de la historia.
A la fecha, esta serie cuenta con dos temporadas, cada una con seis capítulos de 25 minutos aproximadamente, tiempo y cantidad que me parece una ventaja, y una gran cantidad de galardones y reconocimientos, entre ellos el Golden Globe a Mejor Serie Musical o Comedia 2020, y el Emmy a Mejor Serie de Comedia 2019.
A raíz del éxito y de algunas situaciones que quedaron abiertas en el capítulo final, se podría esperar una tercera temporada, sin embargo su creadora ha dicho que imagina que esto suceda más adelante, en unos 20 años, cuando su excéntrico personaje tenga mucho más que contar. Por ahora, no queda más remedio que aguardar por ese regreso, que seguramente se sentirá como el reencuentro con una amiga de esas que valen la pena.
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