Un equipo paramilitar conformado por villanos dementes con súper habilidades tratará de salvar al mundo, mientras busca la redención. Suicide Squad, la tercera película del universo cinematográfico de DC y una de las cintas más esperadas del año, se estrenó esta semana en las salas alrededor del mundo, para demostrar, una vez más, que con el cine -como en el amor- es mejor verse sorprendido que decepcionado. Y es que la campaña de expectativa que se había forjado alrededor de ella, la publicidad, las historias detrás de cámaras y los excelentes avances, prometían una película divertida, con buenas interpretaciones y una historia entrañable, sin embargo, todo ello se quedó a la mitad del camino. Lo positivo La cinta no tiene el tono oscuro de sus predecesoras y se toma menos en serio; es entretenida, aunque los apuntes más jocosos fueron los mismos que se vieron en los cortos y, al advertirlos en el contexto de la película, pierden la gracia. Un