Por Camila Caicedo Después de terminada la Segunda Guerra Mundial o, al menos, después de que el nazismo se viera amenazado, muchos de sus líderes y oficiales, que tanto habían violentado la mezcla racial, huyeron a refugiarse en una tierra colmada de diversidad, Latinoamérica. Con nombres e historias de vida falsos, llegaron a países como Brasil, Uruguay y Bolivia, por mencionar algunos, para esconderse de la justicia, y perderse poco a poco, en lo que tanto habían negado en su propio continente. No obstante, sus ideales no fueron olvidados de repente, y muchos continuaron pregonando su pensamiento político, así como labrando camino para cumplir con el gran anhelo de ‘mejorar la raza’, a costa de la vida de quienes consideraban sujeto de experimento. En su película Wakolda, de 2013, la directora argentina Lucía Puenzo relata parte de esa realidad, a partir de la llegada al país del médico militar alemán Josef Mengele, quien es recordado por experimentar con seres humano