¿Qué puede salir mal en una película que tiene en la dirección a Robert Zemeckis, y en los papeles principales a Brad Pitt y Marion Cotillard? Es el año de 1942, en la mágica ciudad de Casablanca (Marruecos), la Segunda Guerra Mundial se pelea con espías. Un agente canadiense y una francesa fingen ser un feliz matrimonio parisino, como coartada para pasar inadvertidos, mientras planean asesinar al embajador alemán. En medio de su misión, empieza a aflorar el romance, un sutil juego de sensualidad reflejado en miradas, roces e insinuaciones, que hacen que el amor nazca y prospere una linda relación en medio de la guerra. Cuando cumplen su misión, deciden casarse e irse a vivir a Londres, donde Max, el espía canadiense encarnado por Brad Pitt, deberá demostrar que su esposa, el amor de su vida interpretado por Marion Cotillard, no es una doble agente que colabora con los alemanes, para así superar la dicotomía de tener que asesinarla o morir ahorcado. Esa es, a grandes rasgos...