@Kalosw. Los soldados confinados en los recónditos cuarteles y puntos de frontera del Ejército peruano están “alborotados”, un infame calificativo que disfraza una cruel realidad: los meses de encierro les han despertado la libido y están abusando sexualmente de las mujeres que encuentran en los pueblos más cercanos. Los generales, desde Lima, la capital, más que corregir a sus “manzanas podridas”, quieren evitar que se mancille la imagen del “glorioso cuerpo de centinelas de la Patria”, así que han organizado un peculiar servicio que navegará los ríos de la Amazonía, llevando prostitutas que satisfagan los deseos y apaguen el fuego de las braguetas de los “alborotados” militares. Para cumplir con esta misión que, por demás está decir, se operará bajo la más absoluta reserva, eligen a Pantaleón Pantoja, un capitán con una hoja de vida intachable, que ha demostrado una incondicional vocación de servicio, una determinación admirable y una entrega obsesiva por cum...